Situado a un kilómetro de Castellar, sobre una cornisa rocosa se encuentra este espectacular santuario ibérico que data del siglo IV a.C. El paraje –conocido como Altos del Sotillo– alberga tres cuevas naturales que daban cobijo al santuario. La más grande de ellas es la Caverna del Ídolo, con 32 metros cuadrados y junto a la cual se situaba una explanada artificial donde los fieles adoraban a las divinidades íberas.
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